No sería justo no admitir que en Valladolid hay dos tiendas que por historia y personalidad son las referencias claras para el consumidor de buena cerveza en la ciudad. Dejando a un lado el consumo de craft beer en barra de bar, o en la proliferación de cervecerías con muestrario de grifos y rotación de cervezas diametralmente diferentes a las de gran consumo, el bebedor de cerveza independiente ha de tener una tienda en la que poder observar lineales de latas y botellas, consultar sus dudas y sentirse cuidado para alimentar este «vicio» que compartimos cada día más consumidores, la buena cerveza.
Decir cual de las dos tiendas es la mejor es algo harto difícil en base a datos objetivos, no debemos olvidar que en todo esto de las pasiones el componente emocional y el sentimiento de pertenencia por una marca va mucho más allá de los datos y los hechos. ¿Quién es mejor el Real Madrid o el FC Barcelona? Quién sea del Madrid lo será en una temporada buena o en una racha mala, y el aficionado del Barça no se irá al bando contrario porque un año su equipo pueda objetivamente no conseguir un botín deportivo como el esperado… fuera datos objetivos, dentro sentimientos. Así pues con este símil futbolístico quiero decir que el «bitiendismo» de Valladolid nos ofrece dos locales con amplio espectro de marcas y estilos, y que conectar más con uno u otro a veces puede ser meramente circunstancial (Sí, hay más opciones pero… los méritos deben repartirse entre dos)
Una relación duradera con El Gato.
Y dicho esto, mis circunstancias me llevaron hace ya… ¿Cuánto? pues más de un lustro… a El Gato que Bebía Cerveza justo cuando me adentraba en esto de la buena birra. El Gato ni siquiera fue la tienda pionera en Valladolid, pero fue allí donde aterrizamos para una cata y donde puedo decir que una mecha candente y ligeramente chispeante se tornó en la llama firme que produjo la explosión. Y ¡Pum! enganchado a la craft beer…
Era difícil adivinar que tras las puertas de El Gato que Bebía Cerveza esperaban Amigas y Amigos, y experiencias que hayan supuesto algunos de los mejores momentos asociados a la cerveza. Incluso no era fácil suponer que los fundadores y dueños primigenios (uno de ellos, Alberto, con quien tengo el gusto de beberme una de vez en cuando) cederían el relevo a dos nuevas inquilinas y que la conexión emocional daría un salto increíble, por las personas sí, pero también con el negocio por extensión. De esta fase de El Gato… amistad, risas, alguna lágrima y mucho recorrido. Ah! y muchas birras por descontado ¡Pero qué grandes «Las Gatas»!
Un Gato cervecero de muchas vidas.
Y como El Gato parece tener muchas vidas… (No sé si llegará a 7, por mí que se quede en ésta que yo firmo) hace poco más de un año ha sufrido la metamorfosis gatuna más grande desde su nacimiento de la mano de Sergio, incluido cambio de local. ¿Dónde quedarán esas sudadas insanas en las catas del antiguo local en las que daban ganas de salir a comprar unas Radler para refrescarse? Y rediseño de su identidad corporativa. Su nueva imagen empasta a la perfección con la forma de ser de su capitán, buenrrollismo y hospitalidad, y esto desemboca en que esta tienda para mí no solo sea un lugar donde comprar cerveza, desde hace años y en sus tres vidas ha sido un lugar donde ir a charlar, a tomar algo, a despejarme, a comentar aspectos de lo humano y lo divino… y a disfrutar en definitiva de este gran sector que es el de la buena cerveza y sus maravillosas gentes.

¡Ufff! ¡Vaya chapa os he soltado!
Como he mencionado a Sergio, dejemos que hable… aprovechando que es colaborador de Intercambios Cerveceros y yo estoy implicado con esta iniciativa era buen momento para hacerle unas preguntillas y que le conozcáis un poco mejor.

Aquí van:
1. ¿Sergio, cuantos años llevas en esto de la cerveza craft y como llegaste a él?
Pues en Abril he hecho un año, por lo que ya ves, poco poco. Pero desde el primer día ha sido un acierto. La forma de llegar a el fue, como poco, peculiar. Y es que yo era cliente del antiguo Gato, el 2.0, y un día dando un paseo un domingo frío de invierno pase por la tienda en la antigua situación y vi el cartel de se traspasa. Cinco minutos después estaba llamando a mi familia y diciéndoles textualmente «desde mañana me convierto en cervecero». Frase que, por supuesto, se tomaron a broma en un primer momento, pero que días más tarde ya aceptaron, ya que ya había dicho sí a las antiguas dueñas tras un par de reuniones. Y aquí me tienes, a un punto de hacer un año y cada día más y más a gusto con el mundo craft y sus gentes.
2. ¿Cuál fue la primera cerveza que te flipó?
Trapistes Rochefort 10. La tengo grabada a fuego en la memoria. Fue hace unos 6 años, en un viaje que hice junto a unos amigos a Gante a visitar a un amigo que estaba allí de Erasmus. Tomé muchas allí, pero ninguna como esta maravilla belga. Quizás gracias a esa cerveza y a ese viaje soy hoy cervecero, ya que desde entonces me convertí en un adicto de la cerveza.
3. ¿Qué tres marcas son la referencia según tú en el panorama craft actual?
A nivel nacional creo que la zona vasca / Navarra es la que más me sorprende, por lo que me quedaría con Basqueland Brewing Project, Naparbier y Laugar. Tocan todos los estilos y todos de manera sublime.
A nivel internacional la cosa está más jorobada, pero soy un enamorado de marcas modernas, como Magic Rock, Lervig o De Molen.
4. Preguntas algo más canallas ¿Cuál es tu estilo fetiche? ¿Y que cerveza te tomarías si te queda una hora de vida?
Mi estilo fetiche son los petróleos, sin lugar a dudas. Imperial stout, imperial Porter, imperial Brown Ale, imperial russian stout… El lado oscuro de la birra me vuelve loco. Es cierto que no son estilos para tomar más de dos o tres, pero son los que disfruto al máximo.
En cuanto a la cerveza a una hora de la muerte… ¿Por qué solo una? ¡Si tengo una hora me bebería al menos 5!
Pero si hay que elegir una KBS de Founders, a poder ser «caducada» de 4 añitos o así, ya que me queda solo una hora pido…
5. ¿Qué te aporta a ti el mundo craft beer y que representa El Gato que bebía Cerveza?
Me aporta algo que en los tiempos que corren jamás pensaba conseguir: un trabajo en el que soy plenamente feliz y al que no me da pereza ir o hacer horas extras. Es un mundo realmente bonito, de compañerismo, de amistades nuevas casi a diario, de contacto, de colegueo y eso, a alguien como yo al que le encanta la gente, es una auténtica bendición. Yo era (o soy mejor dicho) periodista, por lo que el trato directo con la gente estaba en mi profesión desde siempre, pero aquí ese trato es más camaradería. En el mundo craft compartimos muchas cosas, casi sin quererlo, en fiestas, bares, presentaciones… Y eso acaba creando lazos en todas las partes del mundo, gracias a un nexo común que todos amamos: la buena birra. El Gato que bebía cerveza representa eso, mi forma de ser y la del mundo craft, un mundo abierto, un mundo amigable, que no prejuzga, que da oportunidades y al que le encanta la gente. Yo creo que el Gato es eso, un espacio común donde el amante de la cerveza tiene su segundo hogar, su Beerland particular. Un espacio en el que los eventos son una excusa para estar juntos durante unas horas bebiendo, comiendo y riendo.
¿Y qué le falta a este mundillo según tu opinión a día de hoy?
Le faltan muchas cosas lógicamente, ya que apenas hemos arrancado, como una profesionalizacion del apartado distribuciones, ya que hay marcas maravillosas que no salen a la luz por falta de la misma. O también falta que le demos más valor al producto nacional, ya que parece que todo lo que viene de fuera siempre es mejor, y en este momento hay cerveceras españolas que le dan mil vueltas a muchas clásicas de fuera. Además, por lo menos en nuestra zona castellana, faltan ferias y eventos cerveceros, ya que hay un enorme público esperando a conocer la craft y no nos lanzamos a por él como deberíamos.
Sin embargo dejo bien claro que se están haciendo MUY bien las cosas. En poquísimo tiempo ya estamos incordiando a las comerciales, que se han visto obligadas a invertir e incluso sacar alguna referencia «artesana» debido al enorme y rápido crecimiento que estamos teniendo. Por lo que sí, nos queda camino por recorrer, pero lo que hemos recorrido lo hemos dejado bien pisado. #fin de la entrevista.
Gracias Colega! Para mí que este chaval tiene labia… y buen gusto por las cervezas, lo mismo se aprieta unas Rochefort 10 que unas moderneces de Magic Rock…
Al empezar este blog partí de premisas como escribir con asiduidad y postear artículos de no más de mil palabras, iluso de mí… pero creo que el formato entrevista y hablar de personas más allá de las cervezas bien merece unas cuantas lineas más. ¿Os apetece que haga más entrevistas en el mundillo cervecero? Si es así comentad por favor… y voy preparando nuevos artículos.
Gracias por leerme.
Salud y buena Birra!
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Muchas felicidades por el post! Desde los Intercambios nos alegra comprobar como el sector artesanal dispone de gente como vosotros, al pie del cañón para dar a conocer al producto creado para sorprender. Y además ¡hemos podido conocer un poco más a Sergio! Ojalá podamos coincidir con vosotros próximamente, en persona. Salud!
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